CONCIERTO DAVID BISBAL EN ZARAGOZA. TOUR HIJOS DEL MAR

El pasado Sábado 17 de Junio, regresó David Bisbal a Zaragoza con su sexto disco de estudio, HIJOS DEL MAR, donde se ha involucrado de lleno en la composición rodeándose de grandes autores como Antonio Orozco, Pablo López, Vega o José Miguel Velásquez, con los que ha coescrito las canciones que forman parte de este trabajo. 

Eran las 20:30h cuando se abría el acceso al Pabellón Príncipe Felipe dónde se celebraba el concierto del reconocido artista. Horas antes ya estaban numerosos fans en la calle haciendo cola, con paraguas para combatir el calor. Sin embargo, dentro ésto no iba a ser un problema, ya que estaba dotado de aire acondicionado al ser un recinto cubierto. En la entrada los guardias de seguridad revisaban los bolsos y mochilas y requisaban los tapones de las botellas de agua o de refrescos, para evitar altercados en el concierto y que algún espontáneo las pudiera lanzar como si de una piedra se tratase. ¡Ya los podrían haber reutilizados como “tapones solidarios”!. Una vez dentro del recinto también se podían comprar bebidas, ya que había barras como normalmente en este tipo de espectáculos.

Pronto se llenaron las gradas del estadio deportivo y los primeros puestos de pista. Sin embargo, éstas personas que consiguieron apoyarse en la valla de seguridad para ver de cerca a su ídolo, no lo pudieron hacer justo a pie de escenario, ya que la parte delantera del éste estaba reservada para los "VIP" que gozaban de una gran estancia dónde sobraba espacio para que estuvieran a gusto y poder bailar las canciones del cantante español.

Fotografía: Fátima Lamprea

La entrada general tenía un coste de 35€ que con los gastos de distribución* se ponía en 38€. Sin embargo, todo privilegio se paga, por ello, la entrada Premium tenía el precio de 85€ más los gastos de distribución. Éste tipo de abono te daba entrada al pabellón por una puerta privada sin tener que hacer cola y acceso a una zona acotada de pie delante del escenario. Hay que destacar que en otras ciudades como Barcelona, dónde el almeriense actuó la noche anterior, la entrada Premium te daba además el honor de poder escuchar el previo ensayo. Las condiciones de las entradas y los precios de éstas varían según la ciudad y el promotor del concierto. Últimamente está de moda que dentro del precio de la entrada Premium puedas disfrutar de un Meet & Greet o convivencia con el cantante. Como curiosidad informar que las entradas Premium se agotaron, mientras que las generales no. La misma mañana del concierto ya se encargaba la televisión de anunciar que Bisbal no iba a hacer "Sold Out" en la capital aragonesa, por lo que a partir de las 12:00a.m., habría un descuento de las mismas.

*Más Información Gastos de Distribución

Fotografía: Fátima Lamprea

Previsto para las 21:30h, con unos minutos de retraso se apagaban las luces del Príncipe Felipe para dar inicio a un show que empezó con el rojo como protagonista. Proyecciones con luces rojas, cubículos iluminados de este color para los 6 músicos de su banda y un Bisbal luciendo camisa y pantalones negros y una americana azul eléctrico. Un inicio ya con bases electrónicas, nuevo sonido en su álbum Hijos del Mar, que también abrazaba diferentes épocas y discos: 'Mi norte es tu sur' y 'Antes que no', de su último trabajo, y uno de sus hits más bailables, 'Esclavo de sus besos'. Diez minutos sin pausa de bailes, juego de luces y energía sobre el escenario como declaración de intenciones de lo que depararía su concierto. Tampoco faltó su declaración de cariño hacia Zaragoza: "Llevo a la Virgen del Pilar conmigo para que me de suerte", dándole un beso a la pulsera de la Pilarica con la bandera de Aragón que tuvo el detalle de ponerse.


Ahora le tocaría el turno a una de sus baladas primerizas más emotivas, un 'Quiero perderme en tu cuerpo' que ha significado la primera flecha al corazón al público maño. Siguiendo con el desgarrador medio tiempo 'Culpable' y enlazado con 'El Ruido', otra de sus piezas más intensas y de más difícil interpretación. Pudiéndose permitir el lujo de mezclarla con 'Tú y yo', con un DJ que lo acompañaba en el cubículo central del escenario en forma de rombo, teniendo ya una descarga eléctrica y una de las muestras más evidentes de su coqueteo con samples, efectos sonoros y electrónica.

Llegaban sus tradicionales movimientos pélvicos con 'Si pero no' y con 'Diez mil maneras', pudiendo disfrutar de la energía que caracteriza al cantante andaluz, siendo testigos incluso de sus vueltas "bisbaleras" que le dieron la fama y que apenas deja ver ya en sus interpretaciones.

Ya sentado, el de Almería, regaló al público el doble acústico de la noche con algunas de sus piezas más conocidas en un medley de baladas ('Esta ausencia', 'Amar es lo que quiero' o '24 horas' no faltaron). Culminándolo con el tema más reivindicativo de su nuevo disco, 'Duele demasiado', que habla de la cruda situación que viven los niños refugiados y que protagoniza la campaña de Unicef en España y donde Bisbal donará todos sus derechos autorales a esta entidad benéfica.

Fotografía: Fátima Lamprea

“Ojalá no amaneciera nunca para quedarme toda la noche aquí con vosotros”. Cualquiera de los allí presentes sabía que ante este manifiesto la próxima canción que escucharíamos sería 'No amanece', otro de sus temas más recientes. Con él, se deshizo de su americana y se subió las mangas de la camisa, poniéndose más cómodo. Para posteriormente llegar a mitad del concierto, defendiendo una rockera 'Calentando voy' y una discotequera 'Como será', cerrando este bloque con la guinda musical 'Silencio', con una versión más bailable.
Fotografía: Fátima Lamprea

Y le tocó al momento más romántico de la noche con 'Lo tenga o no' donde el intérprete se sinceró diciendo: “un tema concebido en un momento en el cual todavía no la conocía pero hice una canción para el amor de mi vida, ¡Para mi Rosanilla!”. Esta dedicatoria, iba para su actual pareja la modelo Rosanna Zanetti, que se dejó ver en el control de sonido. Por si fuera poco, el intérprete redondeó el momento con dos de sus hits más demandados y más emotivos, un 'Dígale' a piano y voz que contó con la ayuda de los asistentes en un multitudinario karaoke. Y con la otra joya de la corona, 'Mi princesa', dónde tras abandonar el escenario en el comienzo melódico de esta canción, apareció ésta vez dejando atrás el negro, con una camisa blanca y ahora sí de manga corta. Haciendo conjunto con los rayos de luz blanca que dejaban ver los focos para esta preciosa balada dedicándosela a sus seguidoras allí presentes: “Para todas las princesas mañicas, os pongo una corona si hace falta”.

Fotografía: Fátima Lamprea

Y para la parte final del show, el "triunfito" (con cariño) escogió un moldeado repertorio más electrónico y menos latino de sus mejores éxitos para culminar su enérgico concierto. Comenzando con 'Fiebre' una de sus nuevas propuestas y, con tres de las cartas que nunca fallan, como son: 'Lloraré las penas', 'Torre de Babel', manteniendo su esencia oriental, y su primer single, un 'Ave María' que poco tiene que ver con la versión que defendía hace 15 años pero que sigue levantando la pasión de sus incondicionales.

Sin embargo, aquí no acabó su presentación, ya que como viene siendo habitual en los conciertos todo el estadio empezó a tararear “otra, otra, otra…” y cómo no, volvió a salir la banda y un David, con nueva vestimenta, fiel a los pantalones negros, con una camiseta de manga corta también negra y una chaqueta beige. Deleitándonos de nuevo con varios temas repetidos pero que no le cansa al público, un de nuevo 'Fiebre', 'Antes que no', 'Diez mil maneras', 'Esclavos de tus besos' y ahora sí para culminar su visita a la capital aragonesa, su sello de identidad 'Ave María' donde de nuevo se quitó la chaqueta para cerrar un verdadero espectáculo.


Un escenario con dos pantallas a cada lado, una pantalla central dividida a modo de escalera dónde en cada tema se proyectaban fotografías del cantante de cuando era niño o de su trayectoria, así como fondos acordes con los colores de los cubículos donde se encontraban los músicos. Estructuras que cambiaban de color según la escenografía elegida para cada canción y que iban acompañados del fabuloso juego de luces que hacen que esta gira sea un espectáculo merecedor de ver. En el que faltó un 'Bulería' muy reclamado por los asistentes, pero en el que David Bisbal, haciéndole una “cobra” a sus orígenes más latinos, ofrece un show más moderno, electrónico y contundente. Un directo con sonidos distintos, decisivos y llamativos y un repertorio muy bien escogido, que hacen de Hijos del Mar una verdadera descarga de adrenalina de la mano de un artista polifacético que lo mismo que hace bailar, emociona a partes iguales.


"Soy agua, en el agua me siento protegido, libre y se convierte para mí en un lugar de meditación, alejado del mundanal ruido. El agua es medicina, calma tu sed y cura tus heridas..." David Bisbal





                                                                                                                                    FÁTIMA LAMPREA







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